Desde PantallasAmigas queremos agradecer a las más de 5000 personas que siguen nuestra labor e interactuan con nosotros a través de la red social Twitter.
Twitter, una red social que como el ajedrez tiene unas reglas sencillas que se aprenden en un minuto pero una dinámica que requiere toda una vida para dominar, ha sido desde hace más de cinco años uno de los medios desde el que hemos compartido no sólo nuestros recursos educativos, historias animadas o articulos de opinión, sino también aquellos estudios, posts, tuits y curiosidades que creemos ayudan a comprender Internet como nuevo espacio para el trabajo, la educación, el ocio o la socialización.
Superar los 5000 seguidores en nuestra cuenta de twitter es un gran hito que nos anima a seguir apostando por una forma más horizontal de comunicar, compartir y aprender entre todos, y contribuir así a que tanto residentes como visitantes digitales desarrollen las habilidades y competencias que les permitan participar de forma activa, positiva y saludable en la Red.
Seguiremos nuestra labor de mantener a nuestros followers informados de la actualidad diaría del mundo digital, un mundo real que cada vez comparte más espacios con el mundo físico/offline, y esperamos seguir creciendo con su colaboración.
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En estos últimos meses y días están proliferando en la red un nuevo tipo de vídeos con unas ciertas características comunes. Responden a un reto. Van desde el “aliento del dragón” hasta la expulsión de un preservativo por la boca y todos ellos son protagonizados por adolescentes. Quienes, no felices con su auto-superación, deciden colgarlo en Internet, ¿tendrá la publicidad de las redes algo que ver con esta repentina aparición de menores de edad con ganas de superar sus miedos?
Dos son los principales retos que circulan en la red, “el reto de la canela” y “el desafío del condón”. Mientras que el primero consiste en tragar una cucharada sopera de canela en polvo sin beber agua y en el menor tiempo posible, el segundo desafía a inhalar un preservativo por uno de los orificios nasales para, a continuación, expulsarlo por la boca.
Especialistas en medicina ya han advertido sobre los riesgos para la salud que conllevan dichas prácticas. La ingesta de canela puede causar asfixia, colapso pulmonar o irritación de garganta y puede dar lugar en los tres meses posteriores a enfermedades como la fibrosis pulmonar –la biorresistencia de las fibras de celulosa que componen la canela hace que no se disuelva en los pulmones. Por su parte, la inhalación de preservativos conlleva riesgos de rotura del material, pudiendo quedar un pedazo en el orificio, o hasta de obstrucción pulmonar.
Con todo, estas posibles consecuencias no disuaden a los y las más jóvenes de llevar a cabo los retos. Los cuales no ejecutan en soledad, sino delante de una cámara. El sentido del desafío no parece, por tanto, la auto-superación, como muestra el tragarse un método anticonceptivo para sacarlo por la nariz en lugar de usarlo en una segura relación sexual. Ni siquiera son retos que se lleven a cabo para sobreponerse a los miedos propios o ajenos, pues no se ejecutan en el vecindario o frente a la persona idolatrada. No, son desafíos cuyo fin y razón de ser es la publicidad, darse a conocer. De ahí la solitaria presencia en toda la escena de una cámara.
Así pues, el “atrévete a” se ha visto sobredimensionado en este mundo globalizado. Al cual ha sabido adaptarse adoptando un formato para todos los públicos. No son retos que requieran de una grande infraestructura, se necesita un único elemento a manipular –por lo general de común presencia en los domicilios occidentales-, internet –medio sin el cual tampoco se habría llegado a conocer el reto- y una cámara –webcam, digital o smartphone. Es más, tampoco requieren de grandes habilidades, ni físicas ni fotográficas, pues ni el desafío ni la cámara van más allá del rostro. La facilidad junto con la publicidad, sumadas a la capacidad de la red de normalizar ciertas prácticas gracias a su repetición y multiplicación, han hecho de estos retos un gran atractivo para el público más joven, quien a pesar de los riesgos a la salud ya citados continúan practicándolos.
Por eso es importante educar a los y las adolescentes no sólo en el uso de internet sino en la formación de un cierto criterio a la hora de establecer donde acaba lo divertido y comienzan los riesgos para la salud, así como en la relativización de la publicidad, la viralidad y esa pseudo-normalización de esta nuestra era digital.
Esta red social se está convirtiendo en una nueva herramienta de comunicación entre adolescentes que se suma al uso de Tuenti, Facebook y Whatsapp
Una indiscreción, un error ortográfico, un rumor, un comentario humillante, una difamación, una amenaza o la revelación de fotos íntimas son daños que se amplifican y expanden en esta red social
Las herramientas en forma de app que tenemos a nuestra disposición evolucionan día a día. La población adolescente suele ser la primera en usarlas, pues han hecho del smartphone una extensión de su propio cuerpo. Si una aplicación les ofrece algo útil, si hace algo mejor que otras, su uso corre como la pólvora y queda instalada entre los botones preferidos del teléfono inteligente, aunque durante un tiempo variable y siempre limitado: semanas, meses… o incluso años en los casos de mayor éxito.
Así lo manifiesta Jorge Flores, fundador y director de PantallasAmigas, “no hay mejor observatorio que el contacto directo y permanente con los chavales. Estamos en los centros educativos cada día y allí preguntamos y nos confiesan sus últimas preferencias. Hace escasos meses nos sorprendió cómo, hacia los 13 o 14 años, muchos comienzan a incorporar Twitter entre sus herramientas de sobremesa. Esta tendencia sigue creciendo y aunque no hay estudios que respalden el dato actualmente en España, se trata de una palpable realidad que ha emergido y, como otras, muta con celeridad.”
¿Qué aporta Twitter a los adolescentes?
Disponen de Tuenti, Facebook, Whatsapp, Line… ¿por qué Twitter? Confiesan en muchos casos que es una herramienta que comenzó a cuajar como canal de información pero que sirve incluso para participar en conversaciones y foros mediante el uso de hashtags: se ve en la prensa rosa, en los programas de deportes, en publicidad… A partir de ahí comienzan a usar la herramienta para comunicar en 140 caracteres, de forma abierta o a un grupo limitado.
A diferencia de las redes sociales tradicionales, no precisa contacto previo y al contrario que Whatsapp, tampoco número de teléfono. Es rápido de instalar y utilizar, sencillo, gratuito, no pide datos personales ni revela relaciones, permite compartir fotos y vídeos, tiene integración con otras redes sociales y no usa publicidad invasiva: múltiples ventajas y oportunidades abrazadas por chicos y chicas.
El aterrizaje, o mejor dicho, despegue de menores en Twitter está creciendo como lo hacen las cuentas de perfiles de las personas adultas. Así, un estudio de Pew Research Center señala que cada vez más adolescentes migran a Twitter: desde septiembre de 2009 a Julio de 2011 el porcentaje de adolescentes de 12 a 17 años en Twitter se duplicó del 8% al 16%.
Malos usos de Twitter: ciberbullying y delitos contra la intimidad, el honor y la imagen
Sin embargo, las características principales de esta red como son su horizontalidad, viralidad e inmediatez, han hecho que surjan o se agraven determinados problemas.Según comenta Jorge Flores, “gran parte del problema tiene su origen en tres causas. En primer lugar, escriben como si fuera el muro de su red social cerrada: no perciben al resto de la audiencia y sus posibles relaciones, lo obvian. En segundo lugar, desconocen las consecuencias legales de sus acciones. Por último, la inmediatez: como mucho 140 caracteres, a lo sumo 30 segundos, aquí y ahora… ¡y listo! En ocasiones es un descuido, pero casi siempre es la pura imprudencia y por desgracia, en otras ocasiones, la mala fe, ya que es una forma sencillísima de hacer daño”. El caso ocurrido en Cádiz con la difusión inicial y la replicación irresponsable de las imágenes de tres adolescentes en actitud sexual es el último caso que ha levantado la alarma social.
Según el citado estudio de McAfee el 92,6% de los adolescentes fueron testigos de ciberbullying a través de Facebook y un 23,8% lo fueron en Twitter.
Problemas para adolescentes… pero también para personas adultas.
Son muchos los casos que han saltado a la luz en el último año. Desde David Bisbal que sufrió burlas por un desafortunado comentario “piramidal” a Paula Vázquez que cometió el doble error de publicar su número personal y replicar públicamente a sus acosadores, pasando por el caso más reciente en el que algunas personas han provocado que la Delegada del Gobierno en Madrid presente una querella por difamación contra ella por determinados tuits vertidos sobre su persona. Fuera de nuestras fronteras, un insulto al emir de Kuwait supuso dos años de prisión.
Decálogo de PantallasAmigas para un uso seguro y responsable de Twitter
Con objeto de promover la reflexión sobre los aspectos clave para el uso sin riesgos de Twitter PantallasAmigas ha elaborado diez recomendaciones:
1) Configura la privacidad de tu cuenta si deseas controlar quién te sigue.
2) Usa una buena contraseña, cámbiala de vez en cuando y no la compartas.
3) Si te molestan, pide ayuda a alguna persona de confianza y bloquea e ignora a quien lo hace.
4) Evita realizar tuits que pueden dañar emocionalmente a otras personas u ofenderlas.
5) No olvides que eres responsable de lo que escribes aunque no reveles tu identidad.
6) Ten presente que un tuit público puede llegar también a quienes no te siguen.
7) Recuerda que Twitter es una red interconectada donde un comentario desafortunado puede ser visto por quien menos te imaginas o te conviene.
8) Piénsatelo bien antes de tuitear. Twitter es un espacio público de gran alcance y usarlo tiene implicaciones importantes.
9) Huye de las disputas desagradables. Compartir opiniones es positivo pero hay personas y situaciones que pueden traer problemas.
10) Plantéate si lo que escribes afecta a la privacidad de las demás personas y cómo les puede influir.
Un nuevo estudio cualitativo sobre el sexting realizado por la Universidad de Plymouth y el nodo Safer Internet del Reino Unido con el apoyo de la NSPCC entre 120 estudiantes de 13-14 años, y 30 de 10-11 años incluye las siguientes conclusiones:
El sexting es una actividad normalizada y rutinaria para los niños de 13-14 años.
Los chicos no piden ayuda a los adultos porque temen ser que no se acepte su comportamiento).
Los chicos creen que los problemas del contenido sexual (tanto pornográfico como el que ellos mismos generan a través del sexting) deberían ser tratados en la escuela y de hecho muestran interés por hablar de ello. Sin embargo, no suelen hablarlo con sus profesores cuando les surge algún problema de este tipo.
Los menores de 10-11 años parecen estar a salvo del contenido sexual en Internet.
La directora de la National Society for the Prevention of Cruelty to Children (NSPCC) dice que se empieza a constatar que el porno duro (hardcore porn) se consume de forma regular y normalizada entre los menores, y esto está llevando a que generen y compartan sexting que imite el tipo de comportamiento sexual reproducido en ese género. Incide en que hay que enseñar a los menores a que se respeten ellos mismos, y a que respeten a los demás y que la educación sobre estos asuntos debe comenzar en la escuela primaria.
Según un estudio realizado entre 1.700 adolescentes (de 12 a 18 años) de los Países Bajos y que ha publicado la revista Pediatrics, el sexting no es frecuente entre ellos, como tampoco lo es la búsqueda de sexo por medio de Internet, pero aquellos que lo hacen también suelen tener prácticas de riesgo en la vida offline.
Según la autora del estudio, Susanne Baumgartner, de la Universidad de Amsterdam, parece haber una relación entre los comportamientos sexuales de riesgo dentro y fuera de las medios digitales. El estudio identifica como prácticas arriesgadas relacionadas con las TIC:
Hablar de sexo con desconocidos através de Internet.
Buscar a alguien con quien tener sexo a través de Internet.
El estudio indica que los adolescentes que tienen más probabilidades de arriesgarse en este sentido son los que están menos satisfechos con sus vidas, los que buscan permanentemente nuevas sensaciones y los que tienen un nivel educativo más bajo. Por ello sugiere que se preste especial atención a estos chicos para prevenir actividades sexuales de riesgo.
Para el psicólogo Jeff Temple, de la Universidad de Tejas, esto muestra que la separación entre las vidas offline y online se está diluyendo progresivamente y que por ello los pediatras y los padres deben preocuparse por los comportamientos online tanto como con los offline. Si una chica o un chico están haciendo sexting, es probable que estén también haciendo cosas sexuales arriesgadas en el terreno físico.