Riesgos en Internet

Los peligros de la Red para los menores de edad


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Las TIC, responsables de trastornos de sueño en uno de cada 4 niños, según estudio de la UNAM (México)

Desde la Clínica de Trastorno del Sueño de la UNAM advierten de que teléfonos celulares, computadoras y dispositivos portátiles como BlackBerry, iPad y iPod están modificando la calidad del sueño de los mexicanos hasta el punto de que ya se detectan trastornos en uno de cada cuatro niños, y en uno de cada tres jóvenes.

Además, los videojuegosviolentos agravan la situación: «tenemos escolares y preescolares que por jugar videojuegos violentos o usar esta tecnología desarrollan terrores nocturnos, sonambulismo y reacciones de defensa, (…) reviven escenas de sangre y matanza (…). Hay padres que llegan a creer que están poseídos por lo que no acuden a atención médica», precisó Reyes Haro Valencia, director y fundador de la Clínica de Trastorno del Sueño.

El especialista se basó en estudios efectuados dentro de dicha clínica, ubicada en el Hospital General de México. Al parecer cuanto más pequeña sea la pantalla, tiende a ser más estimulante del cerebro. «Con este tipo de estímulos el cerebro registra que se sigue en actividad diurna», explicó.

«Este tipo de pantallas disminuye el tiempo del sueño profundo. (…) El sueño, bajo estas condiciones, es de muy mala calidad y, por ello, la gente está permanentemente cansada, irritable, y su capacidad intelectual así como su juicio en la toma de decisiones disminuyen. (…) hay mayor posibilidad de sufrir accidentes.”

La persona se encuentra en estado constante de alerta y al menor ruido, reacciona.

«El cúmulo de somnolencia va a causar trastornos del ritmo circadiano o fase retrasada del sueño, como consecuencia de prolongar la hora de dormir. Tenemos jóvenes que ya han invertido el ciclo, por la mañana tienen sueño y por la noche están activos.»

Asimismo, precisó, los jóvenes están desarrollando otras enfermedades propias de ancianos a causa de la tecnología como hipertensión, síndrome metabólico, sobrepeso, obesidad y diabetes.

Afirma Reyes Haro que al exponerse a estos dispositivos, los menores ven disminuida la hormona leptina, que controla la saciedad, con lo cual se comerá más de lo necesario.

Esta falta crónica de sueño influye en que se estén desarrollando más patologías psiquiátricas entre los jóvenes, concluye.

Fuente: Milenio
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Un web avisa a usuarios de Twitter de que sus fotos revelan su ubicación

I Can Stalk You!El web ICanStalkU.com (Te puedo acechar), creado por los consultores de seguridad Larry Pesce (de la NWN Corporation de Waltham, Massachusetts) y Ben Jackson (de Mayhemic Labs de Boston) advierten de forma pública y privada sobre los peligros a los que se exponen los usuarios que publican en Twitter fotos geoetiquetadas. El web presenta un flujo en tiempo real de fotos subidas a Twitter que contienen metadata con coordenadas, y la persona que subió la foto también recibe una notificación vía Twitter avisándole del peligro.

La fotos y vídeos obtenidos mediante teléfonos dotados de capacidad GPS, pueden contener geoetiquetas, información que informa de las coordenadas (longitud y latitud) del punto donde se sacaron. Así, pueden revelar con precisión el lugar donde vive una persona. Y si el tweet que acompaña la foto dice «Ahora me voy a trabajar», o «Salimos de vacaciones», es una información muy jugosa para los ladrones.

Los especialistas en seguridad y privacidad han empezado a advertir sobre los peligros del geotagging. Dado que los datos de localización no aparecen a simple vista, sino que se graban de manera invisible dentro de la imagen, mucha gente no se da cuenta de que esa información está ahí, y esto hace que pongan en peligro su privacidad –o su seguridad– al publicarlas en Internet.

Varios trabajos de hackers éticos demuestran la omnipresencia de fotos y videos geoetiquetados en sitios web como Twitter, YouTube, Flickr y Craigslist, y cómo pueden usarse esas fotos para averiguar dónde vive una persona o qué lugares frecuenta.

En muchas de las fotos analizadas se ven chicos jugando en o frente a sus casas. Otras revelan posesiones tentadoras para los amigos de lo ajeno, como coches caros, ordenadores o televisores de pantalla plana. También hay fotos de gente en casas de amigos o en la cafetería que frecuentan cada mañana.

Además, dado que webs como Twitter y YouTube tienen inferfaces de programación de aplicaciones (API) a disposición de cualquier programador, se pueden crear programas para buscar masivamente fotos geoetiquetadas para localizar por ejemplo fotos que estén acompañadas de textos como «de vacaciones» o las que se hayan sacado en un lugar concreto. Según Gerald Friedland, investigador de la Universidad de California en Berkeley, «Cualquier chico de dieciséis años que tenga conocimientos básicos de programación puede hacerlo». Junto con su colega Robin Sommer, es autor de un trabajo titulado «Sobre las implicaciones del geoetiquetado para la privacidad», que fue presentado ante la Asociación de Sistemas de Computación Avanzados.

Debido a la manera en que reformatean las fotos algunos webs, como Facebook y Match.com, la información de la geoetiqueta no se mantiene en todas las que se publican en Internet y esto proporciona protección. Otras redes sociales, como Flickr, recientemente tomaron medidas para bloquear el acceso a la información de las geoetiquetas de las imágenes enviadas, a menos que el usuario lo permita expresamente.

Al analizar las geoetiquetas conjuntamente con el texto de los posts, afirma el investigador Sommer, «se puede determinar con facilidad dónde vive la gente, qué tipo de cosas tiene en la casa y también cuándo no va a estar.» Pero proteger la privacidad no es sólo una cuestión de estar informado y ser responsable, según Sommer. Un amigo puede sacar una foto geoetiquetada de nuestra casa y subirla, poniéndonos en peligro sin que lo sepamos.

El sitio web ICanStalkU.com proporciona instrucciones paso a paso para desactivar la función de geoetiquetado de fotos en aparatos iPhone, BlackBerry, Android y Palm, una opción de configuración que no es sencilla ni fácil de localizar.

Fuentes: ICanStalkU y Clarín.
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La generación «Yo» que vive de su imagen en Internet

Algunos expertos denominan Generación Yo, S.L. a los jóvenes que viven principalmente en redes sociales diseñanen ellas su vida y sus relaciones virtuales como si de una empresa se tratara.

Hemos pasado de la generación PC, integrada por los actuales treintañeros que crecieron con el ordenador personal, a la generación IMers (Instant Message), “always on”, siempre conectados: jóvenes nacidos entre 1980 y 2000, formados en el uso de las nuevas tecnologías y abiertos al mundo gracias a internet.

Son los niños del pulgar, capaces de alternar un montón de dispositivos con los que chatean por Messenger al tiempo que hablan por el móvil y se bajan al iPod sus series favoritas en MP4; o con todo reunido en un solo artilugio: el iPhone o cualquier otro teléfono de tercera generación.

Las redes sociales como Tuenti, Facebook, My Space e incluso Twitter —con su limitación de 140 caracteres— están repletas de perfiles de adolescentes que cuentan su vida privada, retocan su personalidad con más facilidad que en la vida física, y gestionan sus contactos y amistades.

En ocasiones esa vida virtual emerge y modifica las reglas del mundo físico. Muchos profesores podrían hablar largo y tendido de los conflictos que genera en las relaciones entre alumnos la difusión de fotos y contenidos comprometidos y calumniosos. Además, muchas de esas informaciones se convierten en un trabajo de campo suculento para publicistas, hackers y extorsionadores.

Según Martin Thorborg, dueño y cofundador del servicio de filtros contra el correo indeseado Spamfighter, “se calcula que hasta un 40% de los nuevos perfiles de Facebook son falsos”. En todas las redes abundan las mentiras. “Casi siempre se utilizan esos perfiles para enviar emails con contenido spam o phishing a falsos amigos”, explica. Los spammers usan robots —llamados capchas— que rellenan la información de forma automática para hacerse pasar por humanos.

Las redes sociales tienen la ventaja de ofrecer chat, fotolog, vídeos, etc. en una única plataforma, respondiendo así a las ideas de “todo uno” y “do it yourself”: hazlo tú mismo. Son auténticas webs personales que aportan la sensación de autonomía y diferenciación al usuario, y todo con el mínimo esfuerzo.

Los sociólogos y psicólogos empiezan a detectar una serie de actitudes que manifiestan un cambio de comportamiento que tiene su origen en el auge de los reality shows y de la Web 2.0. Lo llaman “extimidad”, la necesidad de volcar al exterior el propio mundo interior para autoafirmarse y reconocerse. La cuestión es que ese reconocimiento no proviene del entorno familiar o amistoso, sino de la audiencia. No importa tanto quién seas sino qué se dice en la red de ti y cuántos amigos y contactos tienes.

La imagen que los jóvenes emiten a los demás es imprescindible para su definición. La regla es: si no se te conoce en internet, no existes. Ignasi Vendrell, de Best Relations, la consultora que ha acuñado el término Yo, S.L., explica: “Estamos ante un auténtico fenómeno tipo reality show en internet. Las redes sociales se han convertido en el ocio de lo social, equiparándose a los realities televisivos que permiten al usuario navegar en la vida de los demás. Una especie de Gran Hermano virtual, donde se mezcla el papel de concursante y espectador”.

Según la consultora, “se trata de una generación con un ego difícilmente saciable, muy segura de sí misma, asertiva, con alta autoestima y que no concibe el aburrimiento”.

Es probable que no exista en los jóvenes una voluntad expresa y calculadora de gestionar su apariencia con una finalidad empresarial –aunque el resultado sea éste–, y sí una actitud egocéntrica que en el fondo esconde una gran inseguridad típicamente adolescente.

Fuente: gaceta.es