Riesgos en Internet

Los peligros de la Red para los menores de edad


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PantallasAmigas debate sobre ciberdelitos en programa “Para Todos La2”

¿Son los ciberdelitos como el grooming, el ciberbullying, la sextorsión o las estafas online una nueva forma de delinquir? PantallasAmigas debatió junto con varios expertos en la materia acerca de nuevas formas que adoptan viejos delitos y la necesidad de adaptar tanto la legislación como a los propios cuerpos policiales y al resto de la sociedad para poder combatir los mismos con mayor agilidad.

Presentado por Marta Cáceres y Juanjo Pardo, el programa Para Todos La 2 está centrado en el interés social y en la participación ciudadana y se emite de lunes a viernes en La 2 de Televisión Española. Durante la emisión del pasado 26 de febrero, se habló sobre algunos de los nuevos fenómenos y riesgos a los que estamos expuestos en la Red. Además de contar con la participación de Urko Fernández, director de proyectos de PantallasAmigas, también asistieron Abraham Pasamar, especialista en informática forense de INCIDE,  y la psicóloga y asesora educativa Isabel Moya.

Isabel hizo especial hincapié en la necesidad de hacer ver a niños, niñas y adolescentes que en la red también hay unas normas que hay que cumplir, y que debido a las nuevas tecnologías las consecuencias de algunos comportamientos negativos son más grandes, ya que el ciberacoso no descansa y sigue a través de los smarpthones y las redes sociales dificultando su tratamiento y eliminación.

Abraham por su parte nos recordó que los delitos son los mismos pero que las nuevas tecnologías han facilitado el aumento de los mismos, y que estos delitos en formato digital dejan rastros que pueden ser utilizados en una investigación policial, aunque teniendo en cuenta que Internet no tiene fronteras y que por tanto la colaboración entre diferentes fuerzas de seguridad y países no siempre es lo suficientemente eficiente como para responder con la diligencia deseable.

Urko Fernández recalcó que una de las claves para frenar este aumento exponencial de riesgos y ciberdelitos es la de aprender a humanizar nuestra vida Online y dejar de virtualizarla, tratando de ser más personas y menos ciborg, y llegar a sentir lo que de verdad está ocurriendo durante nuestras interacciones a través de las nuevas tecnologías. También destacó la importancia de la autoprotección para desenvolvernos con seguridad y evitar los ciberdelitos , ya que así se reduce la probabilidad de ser víctimas en Internet.

En el caso de niños, niñas y adolescentes, que en muchos casos no saben que sus actos pueden incurrir en delito, todos los participantes coincidían en que es necesario educarlos para esta nueva era digital, pero también a familias, docentes y otros miembros de la comunidad educativa.

El debate se puede consultar a partir del minuto 21:26


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El sexting, antesala del ciberbullying y la sextorsión

(Artículo de Jorge Flores Sigue al director de PantallasAmigas en Twitter para SER Consumidor, de la Cadena SER.)

Pero, ¿qué es el Sexting?

Sexting, en su significado más puro y actual, es la producción de imágenes propias (fotografías o vídeos) de alto contenido erótico o pornográfico y su envío a otra persona mediante el teléfono móvil.

Realizar sexting, por lo tanto, no supone un daño en sí mismo para quien lo realiza salvo que su producción o envío pudiera tener consecuencias legales directas, como ocurre en alguno de estos casos donde, por ejemplo, la imagen:

  • puede ser calificada de pornografía infantil.
  • incluye otras personas que no han consentido su producción o difusión.
  • es de alto voltaje y enviada a menores o incapaces.

¿Por qué es una práctica de riesgo?

Pongamos el caso de una mujer adulta que genera un vídeo íntimo de sí misma, donde puede ser reconocida, y lo envía a su pareja con el deseo y convencimiento de que no será compartido con nadie. Los problemas pueden comenzar cuando esas imágenes llegan a otras personas, son publicadas online, o están en manos de un chantajista que, en ocasiones, puede incluso ser el destinatario original del envío.

Si la fotografía o grabación alcanza difusión pública, bien por haber sido publicada en Internet, bien porque se ha distribuido entre smartphones de forma profusa se produce una primera afectación del honor, la intimidad y la propia imagen.

Este problema en muchas ocasiones viene aderezado con hostigamiento social que, en el caso de una persona pública como Olvido Hormigos, alcanza incluso repercusión mediática. En los incidentes con personas menores de edad suele adquirir la forma de ciberbullying.

Cuando las imágenes llegan a manos de un chantajista, el problema sería el de la sextorsión, esto es, la solicitud de determinadas concesiones (dinero, imágenes, mantenimiento de relaciones sexuales o sentimentales…) a cambio de que la comprometida grabación no sea publicada online o enviada al círculo relacional de su protagonista.

Otras prácticas con similares consecuencias

Existen otras situaciones que, sin constituir sexting, a la postre nos ponen directamente en uno de los casos anteriores: imágenes íntimas y privadas en manos de terceros. Pueden ser imágenes delicadas producidas pero no enviadas de forma voluntaria sino robadas, como ya ha ocurrido, por ejemplo, con intrusiones en los smartphones o activación mediante malware de la webcam. También es común el caso en el que se practica cibersexo o se muestran actitudes sexuales o desnudos vía webcam y quien está al otro lado de la pantalla graba de forma permanente un show que cuyo protagonista pensaba era temporal y privado. También pueden ser imágenes cedidas de forma voluntaria por medio de engaños u obligatoria bajo presiones y amenazas. Este es el caso de Amanda Todd, adolescente de 15 años que se acabó suicidando el pasado 10 de octubre víctima de ciberbullying sustentado en unas imágenes de sus pechos que mostró por la webcam. La crueldad de una parte de su entorno de relaciones, potenciada por el alcance de Internet y las redes sociales, acabó con ella.

Violencia sexual digital y reformas legislativas

Las estadísticas y las consultas nos dicen que en mayor medida son las mujeres, adolescentes y jóvenes, quienes sufren las consecuencias de la existencia de imágenes íntimas en manos inadecuadas. La sextorsión, por lo general, se traduce en solicitudes de tipo sexual. Se trata de violencia de género en la Red, es violencia sexual digital. Constituye un fenómeno alarmante y creciente al que esperamos contribuyan a poner freno las recientes reformas propuestas para el código penal que solicitan un año de cárcel por difusión de imágenes íntimas aun cuando la grabación de las mismas hubiera sido consentida.

Información y recursos educativos sobre temas relacionados:


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El problema de los vídeos de preadolescentes preguntando «¿Soy bonita?» se difunde en los medios

Tras nuestro post del pasado día 27 de febrero alertando sobre los riesgos relacionados con la nueva moda de los vídeos de chicas muy jóvenes preguntando a perfectos desconocidos en las redes sociales de vídeos como Youtube acerca de su belleza o su fealdad, diversos medios en español se han comenzado a hacer eco de este fenómeno.

La estadounidense La Opinión (el diario en español más leído en ese país) publicó ayer día 6 un extenso artículo titulado «Preguntar ‘¿Soy bonita?’ es un peligo». En él señala con ejemplos brutales el ciberbullying que sufren algunas de las niñas autoexpuestas en estos vídeos y otros peligros como el de ser víctimas de groomers. También cuantifica aproximadamente entre 300 y 1.000 los vídeos de este tipo presentes en Youtube y señala que algunos de ellos violan las normas de la red social de tener al menos 13 años para publicar, un problema relacionado con otro de nuestros post más recientes.

Los comentarios vertidos en los videos incluyen maldiciones y califican a sus jóvenes creadoras de «prostitutas de la atención» [attention whores], les piden mantener relaciones sexuales y quieren verlas desnudas. Les preguntan dónde están sus padres y las ofenden, dándoles toda clase de adjetivos negativos.

La noticia también ha sido reproducida en El Comercio (Perú), Excelsior (México), InfoBAE (Argentina), El Nuevo Herald (EE. UU.), Eju.TV (Bolivia) y agencias de noticias. El International Business Times parece ser el primero en haber hablado del tema en lengua castellana, con un artículo publicado el 24 de febrero.

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Expertos alertan ante la nueva moda de los vídeos online de chicas adolescentes preguntando sobre su belleza

En una evolución audiovisual de aquel famoso web HotorNot que hace una década causó sensación, ahora numerosas adolescentes publican vídeos en Youtube mostrándose y pidiendo opiniones a internautas desconocidos: «¿Soy guapa o fea?» Con ello personas de todas las edades influyen en la autoestima de chicas aparentemente inseguras y puede provocar casos de ciberacoso.

Según Parry Aftab, la conocida experta en seguridad online para los menores, esto no es una práctica segura ni mucho menos: «Existe un peligro real en esto. Lo que estamos presenciando es el mundo del reality show en el que vivimos: los adolescentes viven en busca de sus 15 megabytes de fama», afirmó.

Para Aftab los viejos días en los que buscabamos comentarios positivos en personas cercanas a nosotros han pasado y ahora Internet ha cambiado las relaciones y los conceptos que poseemos de nosotros mismos.

«Las chicas y chicos siempre han buscado maneras de hacerse notar. Ahora somos capaces de cuantificar eso. Sinceramente, ellos no tienen otra manera de medir lo bellos que son a menos que sea evaluado».

«Los adolescentes se basan en medidas numéricas para evaluar su popularidad —en el número de personas que vieron sus páginas, cuántos amigos tienen, a cuántas personas les gusta sus páginas— todo se puede cuantificar ahora», añade Aftab.

Aftab también señala que los vídeos nos exponen al acoso cibernético. Erin Harper, psicóloga escolar de Atlanta, coincide en detectar ese riegos: «Al examinar un caso similar con el web Formspring, que permite dejar comentarios de manera anónima, hablé con probablemente unos 4.000 chicos sobre este asunto. Los usuarios dejan comentarios horribles».

Fuente: CNN en Español

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Seis recomendaciones para la protección de la privacidad de los adolescentes en las redes sociales

Las Redes Sociales se han instalado en nuestras vidas con determinación y celeridad. Aportan relaciones sociales que ayudan incluso a cubrir necesidades básicas del ser humano. Sin embargo, la dinámica con la que actúan y las formas de uso de quienes participamos de ellas generan efectos no deseables relacionados con la privacidad.

Principales retos de las redes sociales: privacidad y convivencia.

ilustración adolescente redes socialesLas redes sociales no han incorporado nuevos riesgos a quienes usamos Internet puesto que ésta ya era una Red Social. Sin embargo, sí se pueden destacar dos aportaciones de relevancia por parte de estos contextos online que pueden comprometer nuestro bienestar.

  1. Pérdida de privacidad.
    Es un hecho constatado que las redes sociales, en cuanto que giran en torno a personas identificadas e identificables, han puesto en compromiso la privacidad de quienes las usamos. La merma de privacidad es un daño en sí mismo, efectivamente, una pérdida. Supone además un factor de riesgo o catalizador en otras circunstancias desagradables puesto que cuanto más se sepa de una persona, sin duda, más vulnerable es: pensemos en el acoso de un pederasta, en un caso de ciberbullying o en un traumático fin de una relación personal.
    Por otro lado, un efecto derivado y poco deseable relacionado con la pérdida de privacidad es una conformación de la identidad digital más compleja, compuesta de más informaciones, y más diferida, en tanto que depende en mayor medida de lo que las demás personas refieran respecto de uno.
  2. Mayor exigencia para la ciberconvivencia.
    Las redes sociales, suelo decir, son las “verbenas de Internet”. Disfrutamos pero todos estamos más juntos, rozamos más, incluso nos damos codazos o empujones sin pretenderlo, tropezando unos con otros. Esto genera, como en las verbenas, más amoríos y más peleas. El nivel de exigencia para la convivencia es elevado en las redes sociales porque, efectivamente, nos “socializan”, en muchas ocasiones de forma abusiva y sin que lo percibamos.

¿Cómo proteger la privacidad en las redes sociales? Seis claves para ayudar a los adolescentes.

La protección de la privacidad en general y en las redes sociales en particular debe ser un tema relevante en la formación de los menores que, según los estudios, desde los once años comienzan a coquetear con estos entornos. Para ello, se detallan seis acciones son las líneas a incentivar, las competencias y actitudes que en ellos debemos ser capaces de estimular:

  1. Conocer y configurar de manera detallada las opciones de privacidad.
    Se trata de un consejo clave pero, en general, mal asumido. Enseñar a configurar las opciones de privacidad es importante pero considero que lo fundamental es ayudar a conocer cómo funcionan y los efectos posibles de una mala configuración así como las limitaciones de estas opciones. Veáse este vídeo de ejemplo.
  2. Identificar las funciones y los efectos de cada acción.
    Es demasiado frecuente equivocarse y ubicar en lugar erróneo alguna información. Ya hace tiempo Facebook realizó cambios en este sentido avisando de forma gráfica sobre en qué lugares, de qué forma, se propagaría un determinado comentario. Además, aunque la acción ocasione el efecto buscado, con frecuencia se desconoce qué otras implicaciones o consecuencias tiene. Se trata de un terreno donde la iniciativa corre por cuenta de la red social. Lo mismo sucede en el proceso de alta, donde conviene señalar que las condiciones planteadas son de especial importancia y afectan a cómo y dónde pueden usarse nuestros datos, por lo que es preciso una detallada lectura.
  3. Proteger los datos personales.
    Se trata de datos esenciales y su especial relevancia debe ser puesta de manifiesto para dotarles de una especial protección. En esta labor nos amparan las leyes aunque, a pesar del gran camino andado, no siempre son eficientes o aplicables.
  4. Proteger personalmente los datos.
    Este es un aspecto clave. Los datos (imágenes, informaciones…) aunque en muy diferentes formas, suelen tener origen en uno mismo. Ése es el primer filtro. Parece evidente pero decimos demasiadas cosas de nosotros mismos sin reflexionar sobre su oportunidad en diferentes momentos o contextos.
  5. Mantener una actitud proactiva en la defensa de los datos propios.
    En las redes sociales son demasiado abundantes los datos que unas personas aportan sobre las demás y es, por desgracia y en especial en la adolescencia, muy común que lo hagan de manera inconsciente, negligente, compulsiva o incluso temeraria. Frente a esto se ha de mantener una actitud proactiva en defensa de la privacidad y ello supone tres acciones:
    1. informar a los demás sobre nuestro criterio al respecto.
    2. supervisar lo que se publica de nosotros.
    3. ejercer, si es preciso, nuestro derecho a eliminarlos.

    El etiquetado en las fotografías es un ejemplo muy ilustrativo.

  6. Evaluar las actitudes y condiciones de privacidad de los contactos.
    Los contactos, a quienes las redes sociales llaman “amigos”, son un factor clave en relación a la propia privacidad. Sin embargo, es sabido que los adolescentes pueden sumar con facilidad varios cientos de amigos que tendrán criterios al respecto desconocidos y dispares. Al margen de su actitud, más o menos considerada, es importante conocer las condiciones en las que usan las redes sociales. Estas condiciones hacen referencia a sus conocimientos y competencias y, en relación con éstas, a sus configuraciones de privacidad. Así, un contacto que pudiera ser considerado y respetuoso puede afectar de manera involuntaria nuestra privacidad con una configuración y/o acción inadecuada.

En la base de todo esto está la cultura de la privacidad : valorarla y aprender a cuidarla. En este sentido están haciendo una destacable labor las Agencias de Protección de Datos que, más allá de la protección de datos personales realizan campañas de concienciación al respecto. Un recurso online para la sensibilización temprana son “Las aventuras de Reda y Neto” Preservar la privacidad merece realmente la pena porque Internet es un difusor de información muy potente y con mucha, pero que mucha memoria.

Fuente: PantallasAmigas. Publicado previamente por Jorge Flores Sigue al director de PantallasAmigas en Twitter en Blog de RC y Sostenibilidad de Telefónica
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