La Comisión Federal de Comercio (FTC) estadounidense ha modificado las leyes concernientes a la privacidad de menores con la intención de otorgar más control de decisión a los padres de los mismos. Estas leyes mencionan explicitamente medidas de protección relacionadas con las apps de los smartphones y sitios web. Han tenido que actualizar las normas vigentes hasta ahora para adaptarse al aumento de uso de los smartphones y tablets por parte de los menores.
Algunos factores que se consideran en esta modificación están el reconocimiento de voz (y por tanto, los datos recabados al realizar la operación en servidores remotos), los sistemas de posicionamiento global (GPS), y la publicidad online basada en el comportamiento del usuario. La anterior ley, la COPPA del año 1996, ya requería a los operadores dirigidos a menores de 13 años notificar a sus padres y obtener su permiso antes de recolectar y/o compartir los datos privados de los usuarios menores como el nombre y apellido, números de teléfono, dirección física o dirección de correo electronico.
La nueva legislación expande el requerimiento para incluir sobre todo a las apps. Exime, de todos modos, a los mercados de aplicaciones como Google Play o la AppStore de Apple de toda responsabilidad del inclumiento de algunas apps de esta nueva ley. Ahora, cualquier dato que identifique y sirva para localizar al menor, requerirá de permiso paterno por lo que fotografías, videos, audios y la geolocalización del usuario lo requerirán también. Al poder rastrear un usuario a través de cookies, estas también necesitarán permiso paterno para instalarse. Los perfiles personalizados y basados en el comportamiento del usuario no podrán ser utilizados para dirigir publicidad personalizada a menores a no ser que se cuente con permiso paterno.
Aquellos sitios que tengan publicos de diversa edad, deberán cribar por edad y notificar a los padres cuando los menores de 13 años se conecten.
Según un estudio realizado entre 1.700 adolescentes (de 12 a 18 años) de los Países Bajos y que ha publicado la revista Pediatrics, el sexting no es frecuente entre ellos, como tampoco lo es la búsqueda de sexo por medio de Internet, pero aquellos que lo hacen también suelen tener prácticas de riesgo en la vida offline.
Según la autora del estudio, Susanne Baumgartner, de la Universidad de Amsterdam, parece haber una relación entre los comportamientos sexuales de riesgo dentro y fuera de las medios digitales. El estudio identifica como prácticas arriesgadas relacionadas con las TIC:
Hablar de sexo con desconocidos através de Internet.
Buscar a alguien con quien tener sexo a través de Internet.
El estudio indica que los adolescentes que tienen más probabilidades de arriesgarse en este sentido son los que están menos satisfechos con sus vidas, los que buscan permanentemente nuevas sensaciones y los que tienen un nivel educativo más bajo. Por ello sugiere que se preste especial atención a estos chicos para prevenir actividades sexuales de riesgo.
Para el psicólogo Jeff Temple, de la Universidad de Tejas, esto muestra que la separación entre las vidas offline y online se está diluyendo progresivamente y que por ello los pediatras y los padres deben preocuparse por los comportamientos online tanto como con los offline. Si una chica o un chico están haciendo sexting, es probable que estén también haciendo cosas sexuales arriesgadas en el terreno físico.
Según se acaba de conocer, el miércoles pasado otra chica adolescente se suicidaba en los EE.UU. tras un caso de bullying y ciberbullying derivado de la difusión de imágenes sexuales suyas, en este caso un vídeo. En dicho vídeo la joven de origen hispanoamericano Felicia García, de 15 años, aparecía manteniendo relaciones (consentidas) con cuatro chicos de 17 (otras fuentes afirman que tienen entre 15 y 16) miembros de un equipo deportivo de su instituto.
La escena fue grabada presumiblemente con un teléfono móvil o smartphone por alguno de los participantes y difundida a otros estudiantes del mismo instituto. Tan sólo unos días más tarde la adolescente se arrojó a las vías del tren delante de sus compañeros de clase, tras entregarle el móvil a una amiga. Algunas fuentes declararon que la chica sufrió insultos en voz alta por alguno de sus acosadores en el mismo andén momentos antes de suicidarse.
Según testimonio de algunos compañeros a la prensa, después de tener sexo con ella en una fiesta posterior a un partido, los chicos no dejaron de meterse con ella, acosándola constantemente. Aunque el acoso venía de atrás, según han declarado algunos estudiantes que la conocían, a raíz de una relación que mantuvo con un miembro del equipo de fútbol americano. Esto inició un acoso tanto presencial como a través de Facebook, donde sufrió numerosos insultos.
Dos días antes había expresado en Twitter «I cant, im done, I give up» (No puedo, ya está, me rindo). También había publicado fotos suyas con la palabra «depressed» (deprimida) sobreimpresionada. Anteriormente había sufrido acoso escolar pero había sabido defenderse y reaccionar positivamente, según cuentan sus compañeros. Según algunas fuentes pocas horas antes de arrojarse al tren, había publicado en Instagram fotos suyas en las que se podían ver señales de una paliza.
Al parece Felicia no fue presionada para realizar los actos sexuales grabados, sino que fue la grabación de dichos actos lo que ella no habia consentido: esta filmación y difusión además de suponer un grave delito, fue lo que agravó el acoso y consecuente padecimiento psíquico que sufrió en los días anteriores a su suicidio.
El colegio trató de intervenir en cuanto tuvo conocimiento del caso de bullying, reuniéndose con ella y con el supuesto cabecilla del bullying, un compañero de 17 años. Incluso Felicia habló con alguno de los presuntos iniciadores del acoso, según se ha sabido, para tratar de reconducir la situación. La policía exculpó a los chicos que aparecen en el vídeo manteniendo relaciones sexuales con la chica, al constarles que era consentida, pero siguen investigando el caso, incluso mediante el análisis de los perfiles de Facebook de todos los estudiantes en busca de evidencias de acoso e intimidación.
Este caso se suma al reciente suicidio de Amanda Todd, también de 15 años, en el que también hubo un acoso derivado de una imagen, autoproducida en aquel caso, y usada para someterla a sextorsión. En el caso de Felicia, como en el de Amanda, han aparecido ya muestras de ciberbullying post-mortem en forma de comentarios e imágenes que hacen burla de su trágica muerte.
Según otro estudio del Centro de Investigación sobre Delitos contra los Niños de la Universidad de New Hampshire, en un 17% de los casos de sexting que llegaron a la policía estadounidense durante los años 2008 y 2009 se había producido difusión no autorizada de sexting. En dos de cada tres casos las imágenes mostraban los genitales o relaciones sexuales, y por tanto serían pornografía infantil según las leyes federales de los EE.UU.
Debemos recordar que el sexting no siempre se hace con el consentimiento de todas las personas implicadas, cuando aparecen varias personas en la imagen, y que una de ellas —habitualmente quien realiza la grabación— puede acabar distribuyéndolas, añadiendo a los peligros y delitos habituales en el sexting autogenerado, el delito de grabar y/o difundir sin permiso una imagen íntima de otra persona, una forma de violencia sexual digital que podría ser castigado con la cárcel próximamente en España.
Más información para la prevención en SEXTING.es y CIBERBULLYING.com
PantallasAmigas, dentro de sus numerosos recursos para la prevención y sensibilización sobre los diversos riesgos asociados a las TIC, con especial énfasis en los que afectan a niños y adolescentes, ofrece en Sexting.es información sobre el fenómeno del Sexting. Además de noticias y exhaustivas estadísticas, se puede acceder a una completa guía sobre adolescentes y sexting, a consejos en vídeos de animación, artículos en profundidad y una relación de casos significativos por su repercusión legal o mediática y otros recursos de utilidad. Acerca de los sucesos que podríamos calificar de violencia sexual, consúltese ViolenciaSexualDigital.info y al respecto del ciberbullying, otro web temático: Ciberbullying.com.
Coincidiendo casi en el tiempo con el caso de Amanda Todd, acaba de presentarse un estudio en la conferencia anual de la American Academy of Pediatrics que analiza 41 casos de menores de 13 a 18 años de EE.UU., Canadá, Reino Unido y Australia que cometieron suicidio tras sufrir ciberbullying. El estudio indica que la mayoría de estos adolescentes habían sufrido bullying tanto dentro como fuera de la Red.
Un 24% de los adolescentes eran víctimas de bullying homofóbico, declarándose la mitad de ellos abiertamente homosexual y la otra mitad como heterosexual o sin preferencia sexual definida.
También han detectado un aumento del número de suicidios de este tipo en los últimos años (2011 y 2012).
Al 32% le habían detectado trastorno del estado de ánimo y a un 15% adicional se le había detectado en concreto depresión.
El estudio concluye que aunque el ciberbullying está presente en muchos de estos casos, casi siempre existen otros factores como el bullying cara-a-cara o enfermedad mental.
Los padres de Jessie Logan, la adolescente que se suicidó en 2008 tras el ciberbullying sufrido a partir de una foto de sexting difundida sin su consentimiento, han llegado a un acuerdo extrajudicial con las autoridades educativas del distrito escolar de Sycamore (en Cincinnati, Estados Unidos). En junio de este año las autoridades judiciales habían considerado que los padres de la joven habían aportado suficientes pruebas en su acusación contra el colegio, es decir, que podía considerarse a este responsable de no haber defendido a la estudiante ante la situación de acoso que la condujo finalmente a quitarse la vida.
El caso de Logan sentó precedentes legales en su momento y puso en marcha una reforma legislativa: en este estado norteamericano se aprobó la Jessica Logan Act, que entrará en vigor el próximo 4 de noviembre y que entre sus disposiciones obliga a los centros educativos a prohibir el ciberbullying.
La experta estadounidense Parry Aftab, colaboradora de PantallasAmigas, ha estado también muy implicada en la sensibilización social a partir de este caso. Como muestra, este vídeo (en inglés) con la madre de Jessie: