Según publicó la pasada semana el web Mashable, las adicciones a Internet —especialmente a las redes sociales— han sido ampliamente documentadas. En el caso de Facebook el mecanismo adictivo funcionaría de la siguiente manera: cada vez que recibimos y vemos una notificación nueva recibimos un chute de dopamina, neurotrasmisor químico asociado con la motivación y la recompensa. Es la droga de la novedad, que también actúa cuando se consumen drogas o se mantienen relaciones sexuales. Y las redes sociales podrían estar provocando el mismo efecto adictivo.
En países como China, Taiwán y Corea del Sur la adicción a Internet ya está aceptada a nivel de diagnóstico psicológico. En los EE.UU. se prevé incluirla en la nueva edición del manual de referencia, llamado la biblia de la psiquiatría: el Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders, aunque se advertirá de que el tema requiere de un mayor estudio.
Incluso hay quienes hablan de un desorden específico relacionado con tener múltiples perfiles en las redes sociales: el multiple profile disorder.
Al parecer cuanto más tiempo transcurre uno online, más se atrofian las partes del cerebro encargadas del habla, memoría, control motor, emociones… De hecho la capacidad de atención ha disminuido un 40% en los últimos 10 años.
En los países donde la adicción a Internet se considera ya una patología se han cuantificado un 30% de adictos a las redes sociales o los videojuegos.
La adicción a Internet se caracteriza en el Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders por los siguientes síntomas:
Preocupación por internet y el juego online: pensar constantemente en lo que se hizo online o se va a hacer después.
Síntomas de dependencia (síndrome de abstinencia) cuando no hay Internet.
Aumento del umbral de tolerancia: tener que invertir más tiempo para conseguir la misma satisfacción.
Pérdida de otros intereses.
Intentos fallidos por controlar el uso.
Uso de internet para escapar de estados de ánimos tristes, ansiedad o inquietud.
Amanda Todd, una chica canadiense de 15 años fue encontrada muerta la semana pasada, apenas un mes después de haber grabado y publicado un vídeo en Youtube en el que denunciaba estar sufriendo ciberbullying a raíz de un caso de sexcasting (había sido engañada para mostrar sus pechos en la webcam con 12 años y la imagen circuló fuera de su control). Su madre, que trabaja de profesora, ha declarado que desea que el vídeo, titulado My Story: Struggling, bullying, suicide and self harm (Mi historia: lucha, bullying, suicidio y autolesión), permanezca en Internet tras la muerte de su hija para contribuir a evitar nuevos casos como el de Amanda: «Es lo que mi hija habría deseado», explicó en Twitter. El vídeo ha sido visto hasta el momento por más de 3 millones de personas y ha recibido casi 70.000 comentarios de usuarios de Youtube.
Ya se han creado páginas de homenaje en Facebook y hashtags específicas en Twitter para recordar a Amanda, aunque también se siguen recibiendo mensajes crueles de burla, mostrando de nuevo que el ciberbullying post-mortem no es infrecuente. También hay personas que disculpan a quienes acosaron a Amanda Todd en Facebook, argumentando que no tienen ellos la culpa de que enseñase los pechos y publicase datos personales en Internet. Eso sucedió cuando ella estaba en 8º curso (12 años) y una captura de ella mostrando brevemente los pechos por la webcam (durante una sesión de videochat en el web BlogTV) fue distribuida entre sus familiares, amigos y compañeros de colegio por alguien que la intentaba sextorsionar. Aunque cambió varias veces de centro escolar para huir del linchamiento y aislamiento social que sufrió como consecuencia, el bullying la perseguía. «Ya no puedo recuperar esa foto. Estará en Internet para siempre», escribió la joven en su vídeo de denuncia, donde explica el intento de sextorsión: en un mensaje recibido por Facebook una año después de haberse mostrado en topless en BlogTV, su acosador le dijo: «Si no haces un show para mí (en la webcam), enviaré [la foto con] tus tetas». Las amenazas se cumplieron y este hombre llegó incluso a poner dicha foto como su perfil en Facebook (algo supuestamente prohibido y controlado por los responsables de esta red social).
Según la madre, el hombre para quien Amanda se había mostrado en topless vía webcam continuó acosándola, fingiendo ser un estudiante y añadiendo en Facebook a los compañeros de la joven, tras lo cual les enviaba el vídeo con el desnudo de la menor. Este llegó incluso a sus profesores.
Tiempo después de aquella difusión de la imagen de sus pechos y en el contexto de su búsqueda de aceptación y de amigos tras un nuevo cambio de colegio, Amanda fue golpeada por un grupo de chicos y chicas que, además, grabaron la agresión. Aquel día acabó inconsciente en una zanja, donde la encontró su padre: una vez en casa se intentó suicidar bebiendo lejía. Sus acosadores y agresores, en una muestra de extrema crueldad, se burlaron de ella etiquetándola en Facebook en fotos de botellas de lejía y publicando mensajes diciendo que ojalá muriese. Amanda había buscado refugio en las drogas y el alcohol, pero reconoce en el vídeo que esto sólo sirvió para aumentar su nivel de ansiedad. Ahora llevaba tiempo acudiendo a tratamiento psicológico.
El legado que deja la chica canadiense también inlcuye una presentación en el web Prezi donde daba consejos para actuar ante el ciberbullying, que dirigía a padres y chicos que presenciasen casos como el suyo. «Si ves que alguien está siendo acosado, no dudes en decirle al abusón que pare. Asegúrate de que sepa que lo que hace está mal y que no deberían acosar a otros chicos», aconseja Amanda en la presentación, donde también pide a los padres que «siempre den apoyo emocional a sus hijos».
«Quería también ayudar a los padres a que estén alerta, que enseñen a sus hijos cómo estar seguros en la red. Los chicos tienen iPads, iPhones, smartphones… la tecnología es mucho más accesible ahora, ese es el factor de riesgo», declaró Carol Todd, la madre de la joven.
La policía canadiense ya inició la búsqueda tanto del hombre que sextorsionó a Amanda y difundió la foto, como de los jóvenes que la acosaron y agredieron. El grupo hacktivista Anonymous ya ha publicado en Internet el nombre y dirección de un hombre de 32 años que según ellos es el culpable de sextorsionar a Amanda. Las autoridades han advertido contra las amenazas y posibles actos justicieros que se puedan dirigir contra esta persona. Mientras, la familia de Amanda ha pedido a la gente que colabore aportando información para denunciar a las personas que humillaron a su hija antes y después de su muerte, quienes podrían enfrentarse a cargos por acoso criminal.
No obstante, se ha dado a conocer que ya hace un año que las autoridades canadienses estaban al tanto de la difusión de la imagen de la menor, tras una denuncia que un internauta hizo llegar a una organización anti abuso infantil de aquel país. Según han informado, han recibido desde 2005 casi 700 denuncias por casos semejantes de grooming. Otros medios han denunciado que los casos de sextorsión a adolescentes que se muestran en el web de videochat/videoblogging BlogTV son frecuentes.
Un estudio de la Universidad del Sur de California, dirigido por Eric Rice y recién publicado en la revista Pediatrics, asocia el sexting entre adolescentes con una mayor probabilidad de un comportamiento sexual de riesgo. Los adolescentes que practican sexting son siete veces más propensos a ser sexualmente activos que los que aseguraban que no usan el móvil con fines sexuales. El trabajo advierte además de que el riesgo es aún mayor en el caso de los adolescentes de más edad y que no son heterosexuales.
Los investigadores se basaron en un amplio cuestionario a 1.839 estudiantes de instituto en Los Ángeles. El 75% de los que participaron tenían teléfono móvil y lo usaba todos los días. De ellos, casi el 16% (12% del total de estudiantes) reconoció haber enviado algún mensaje o una foto de sexo explícito y casi el 54% aseguró conocer a alguien que practicaba sexting.
La conclusión de los autores del estudio es que el sexting más que un sustituto del sexo físico, forma parte de un conjunto de prácticas sexuales de riesgo entre los adolescentes. Recomiendan a los médicos que hablen del sexting con los chicos de una manera amistosa como manera de introducir el debate sobre las prácticas de riesgo en general con el fin de prevenir ETS y embarazos no deseados, así como introducir el sexting y sus riesgos en el curriculum escolar de educación sexual.
Los próximos días 17 y 18 de mayo se celebrarán en la localidad de Los Cristianos (municipio de Arona, Tenerife) las 7ªs Jornadas Municipales de Prevención de Drogodependencias, organizadas por los servicios sociales del ayuntamiento de Arona y el Gobierno de Canarias. Dentro del programa de dichas jornadas habrá un espacio para hablar (el día 18, a las 16:00 h) sobre el uso seguro y saludable de Internet y las redes sociales, a cargo de Jorge Flores , fundador y director de PantallasAmigas.
Según un reciente estudio realizado por la empresa BitDefender en varios países, incluida España, el 89% de los padres reconoce que sus hijos han sido amenazados, acosados o humillados en Internet alguna vez. Además, más de la mitad (54%) creen que sus hijos se han sentido «muy afectados» por ese acoso.
Como consecuencia de este acoso cibernético, los niños se pusieron tristes, enojados, violentos, o apáticos. El 19% de los padres tuvieron que buscar ayuda especializada para sus hijos.
La amenaza más generalizada según dicho estudio parece ser el acoso cibernético (conocido como ciberbullying): amenazas, humillaciones, hostigamiento, etc. a través de tecnologías como mensajes de texto, correo electrónico o mensajería instantánea.
Otros problemas analizados especialmente peligrosas para los menores son el malware, ataques de phishing, pornografía o contenidos que promueven el consumo de drogas o la violencia. una muestra de 1.740 padres de cinco países, incluido España. Los padres fueron entrevistados acerca de los hábitos de sus hijos en Internet, especialmente los que reflejan el contacto con los amigos virtuales.
El 87% de los padres dijo conocer sólo al 65% de los amigos de sus hijos. El otro 35% son amigos virtuales y los padres no les conocen en la vida real (no han hablado nunca con ellos). La mayoría de los amigos de sus hijos son compañeros de escuela y familiares, mientras que otros son personas que conocen sólo de algún entorno virtual.
En cuanto a las actividades que los menores realizan en Internet, los adolescentes de entre 16 y 18 años realizan trabajos para clase (43%) y pasan el rato en las redes sociales (31%), mientras que la mayoría de los niños de entre 11-15 años pasan el tiempo chateando a través de plataformas de mensajería instantánea (87%).