Este viernes, 11-11-11, tendrá lugar en Madrid el I Congreso Internacional Creo en Internet. En él se abordarán temas relacionados con la comunicación online, la difusión de valores por Internet y los menores ante la Red.
Habrá ponentes europeos, hispanoamericanos y venidos de diversas ciudades españolas, así como de Inglaterra, Irlanda, Suiza, Italia y Eslovaquia. Están inscritos más de veinte medios de prensa tradicional, online, radio y televisión de España, Italia y Argentina. El público asistente también es internacional: vendrán personas desde Portugal, Luxemburgo, Italia, Polonia, Argentina y México, además de España.
Los organizadores –la asociación sin ánimo de lucro Revaloria.org y la empresa TREI.es– han publicado el siguiente vídeo de presentación del congreso:
Las últimas entradas disponibles pueden adquirirse también a través del web del congreso.
Esta primera edición de Creo en Internet está patrocinada por TREI.es, el Foro de Generaciones Interactivas, la Universidad Francisco de Vitoria, Palabra, ABC, Publimedia y la UCAM.
También colaboran el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO), la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), Alumni de la Universidad de Navarra, Universidad San Pablo CEU, Federación de Enseñanza (FEUSO), Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos y Padres de Familia (CONCAPA), las revistas Magisterio y Padres y Colegios, Obra Social Caja Madrid, Cooperación Internacional, Fundación COSO, Fundación Alia2, Pantallas Amigas, Marketing Directo, Cibersur, Madrid Actual, Fila Siete, iCmedia.net, COPE, Aceprensa, Sanca, Comfersa, Adif, Renfe y EMT.
Son muchas las voces que llevan tiempo alertando sobre las consecuencias de que niños y adolescentes pasen tanto tiempo solos en su habitación y de la ausencia de comunicación entre hijos y padres. Una de esas consecuencias tiene que ver con el acceso a las TIC.
Los especialistas se sorprenden al comprobar cómo no se aplican en la práctica las medidas de sentido común que pueden contribuir a minimizar los riesgos de Internet, aparte de los innegables beneficios que comporta.
Jesús de la Gándara, jefe de la Unidad de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, defiende que es un error atribuir la falta de control y comunicación parental, materializada en el denominado síndrome de la puerta cerrada, al uso de las nuevas tecnologías. «No podemos echar la culpa a Internet. El niño que se pasa las horas solo en su habitación navegando o jugando on line ¿por qué lo hace?», se pregunta.
En su opinión, lo importante es que «los sanitarios, los padres, estén al tanto de lo que le ocurre a los niños para que se puedan detectar cuanto antes comportamientos peligrosos, porque el uso inadecuado, excesivo y problemático de internet suele ir asociado a patrones patológicos de depresión, fobias, aislamiento». A finales de los 90 se detectaron los primeros casos de hikikomori en Japón: jóvenes varones veinteañeros habían hecho de la habitación su mundo, del que apenas salían para comer, ante la mirada atónita de unos padres a los que casi no dirigían la palabra y con la única compañía de un ordenador.
La encuesta de la Comisión Europea revela que hasta el 41% de los menores españoles de 11 a 16 años afirma «haber experimentado una o más formas de uso excesivo de internet«.
Para Jorge Flores Fernández, fundador de Pantallas Amigas —una iniciativa para la promoción del uso seguro de las nuevas tecnologías en la infancia y la adolescencia— los padres han accedido a instalar el ordenador en la habitación principalmente por dejadez:
«A día de hoy no han tomado conciencia clara de lo que esto significa, de los riesgos que conlleva no saber qué uso hacen los chavales del ordenador, de las horas que pasan frente a él, de cómo poco a poco la comunicación entre ellos se va enfriando. ¡Ya es complicado mantener una buena comunicación con los adolescentes cómo para encima poner tabiques de por medio!»
Flores siente un cierto desánimo al comprobar cómo cae en saco roto el mensaje que desde hace años lanzan distintos organismos pidiendo a los padres que instalen los ordenadores en las zonas comunes y no en las habitaciones de los niños.
«Algunos adultos creen que poner el ordenador en una zona común es una invasión de la intimidad, cosa completamente falsa. El que esté en el salón no implica que se miren los correos: es más una función de normalización de la vida digital. Además, es la mejor manera de compartir esa vida digital, en la que tantas lagunas tenemos los adultos frente a una generación que ha nacido en ella».
E insiste en que supervisar la relación de ese hijo con el ordenador no tiene nada que ver con controlar. «Los padres deben establecer una dieta digital, es decir, indicar por ejemplo cuándo y cuánto se puede utilizar el ordenador, al igual que lo hacen con la comida o con el dinero, o con cualquier otra cuestión doméstica».
Los expertos insisten en la necesidad de que los padres hagan el esfuerzo de incorporarse a las nuevas tecnologías como un elemento de conexión con los menores. Las consecuencias de no hacerlo son muy negativas para la relación, la incomunicación y a la integración, en lo que el sociólogo Javier Elzo denomina, familia nominal, modelo mayoritario en la sociedad española (42%). Se trata de una familia en la que las relaciones de padres e hijos pueden ser calificadas, con absoluta propiedad, como de coexistencia pacífica más que de convivencia participativa, ya que se comunican poco. Los padres están, en gran medida, cohibidos, desimplicados, sin que aborden con una mínima profundidad lo que requieren sus hijos. Una familia que no refiere conflictos en su seno, no tanto porque no los haya sino porque ha decidido no enfrentarse, no enterarse de los problemas.
Carles Feixa, doctor en Antropología Social, ya en el 2005 advertía de que se había reducido el contacto entre hijos y padres. Según él «la transición hacia la sociedad de la información hace por primera vez teóricamente posible tener una vida material y social sin salir de la propia habitación. Pero pero no todos los adolescentes se encierran en ella para evitar vivir en familia. Que lo hagan o no, depende de los padres y madres.»
Feixa afirmaba que en 2005 el fenómeno patológico de los hikikomoris ya había llegado a España, aunque matizaba que el contexto social y cultural era distinto. Para él es preocupante que el adelanto en la edad de acceso a Internet no está siendo acompañado por un adelanto en la formación de los menores para el uso crítico de las TIC: «Los jóvenes tienen muchos conocimientos de internet, pero a menudo no tienen conciencia de su ignorancia; saben cómo navegar pero no hacia dónde hacerlo.» Feixa proponía reconvertir las antiguas salas de estar en ciberespacios domésticos comunes, donde la familia se conecta junta aunque no revuelta al mundo digital y comparte ciertas actividades online de manera intermitente.
La comunidad de emprendedores Iniciador, con la colaboración de la ADT Campoo-Los Valles, convoca el primer ‘Encuentro sobre Educación y Tecnologías en Entornos Rurales’, que se celebrará el próximo 25 de septiembre en el castillo de Argüeso (Hermandad de Campoo de Suso, Cantabria), de 9.30 a 14.00 horas.
El objetivo del encuentro es compartir el conocimiento de modelos educativos basados en el desarrollo de habilidades personales y el aprovechamiento adecuado de las tecnologías para la construcción personal y el futuro profesional de los niños. Para ello, se ha reunido un grupo de expertos y emprendedores en educación e innovación educativa, nuevas tecnologías y comunicación.
Entre ellos se contará con Jorge Flores, coordinador de la iniciativa PantallasAmigas, que hablará sobre ‘El uso seguro de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en la infancia’.
Con la oposición de las empresas de telecomunicaciones, para las que supondría un coste adicional llevar el control que exige esta nueva legislación, se prevé que la cámara legislativa portorriqueña debata la semana que viene un proyecto de ley conocido como Ley contra el texnudismo. Esta ley, que pretende castigar el sexting entre menores, fue presentada por Antonio Fas Alzamora, ex-presidente del Senado del Estado asociado a EEUU, y prohibiría “el uso de un aparato de telecomunicación para producir, enviar, intercambiar o distribuir fotografías o videos que presenten a sí mismo o a otro menor y/o adulto en estado de desnudez”. La ley castigará también al menor que distribuya a terceros dicho material gráfico.
De aprobarse, la ley obligaría además a “toda compañía, empresa o persona dedicada a la venta, distribución o mercadeo de aparatos electrónicos de comunicación a advertir sobre el alcance de esta ley” en las campañas publicitarias, el empaque de los productos así como en los contratos.
Dicha legislación pretende atajar el problema sólo con respecto a los menores de edad, porque la conducta de los adultos en estos temas ya está regulada en el Código Penal de Puerto Rico, según alegó su promotor.