Riesgos en Internet

Los peligros de la Red para los menores de edad


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Ergonomía y salud en el uso del ordenador por parte de los menores

(Un artículo de Jorge Flores Fernández Sigue al director de PantallasAmigas en Twitter, director de PantallasAmigas.)

Conectados o no a Internet, niños y adolescentes pasan muchas horas delante del ordenador cada semana sin que prestemos atención a cómo lo hacen y sus posibles consecuencias para la salud, en particular, problemas visuales y musculoesquéticos.

Desde PantallasAmigas abordamos las diversas pantallas y su uso desde un punto de vista integral y, especialmente, desde una acepción de la salud completa tal como la define la OMS, Organización Mundial de la Salud: «es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

Desde esta perspectiva venimos prestando desde nuestros inicios en 2004 mayor énfasis en los riesgos que podían suponer un daño sicológico, que eran menos conocidos y, por tanto, menos evidentes: contenidos nocivos, ciberbullying, grooming, sexting, pérdida de privacidad… Sin embargo, no olvidamos esta visión ergonómica del asunto, aunque en este caso obviamos los riesgos psicosociales ligados especialmente al estrés y la ansiedad.

Durante más tiempo, en más lugares, desde edades más tempranas

Niños, niñas y adolescentes vienen aumentando su dosis diaria de pantalla de forma vertiginosa. Los ordenadores han ganado el espacio doméstico y también el ámbito escolar. Además, la edad de inicio en su manejo está en continuo descenso a la vez que se han vuelto imprescindibles para su día a día y vida social. Sin embargo, no estamos prestando atención a que su uso sea adecuado desde el punto de vista de la salud física, donde cabrían apuntarse especialmente los problemas musculoesqueléticos y los visuales.

¿El uso del ordenador puede causar problemas de salud?

Desde el ámbito de la prevención de riesgos laborales, aquellos trabajadores que usan pantallas (técnicamente denominadas PVD, pantallas de visualización de datos) durante más de 4 horas al día o 20 horas a la semana deben ser sometidos a pautas de vigilancia de la salud específicas y su puesto de trabajo examinado y adecuado. Ello es porque se considera que esa dosis puede causarles daños con el tiempo si no hay condiciones adecuadas. Y ¿los niños, niñas y adolescentes? Quizás no alcancen esos parámetros límite pero también es cierto que se encuentran en una fase de desarrollo y su afección puede resultar mayor. Se les llama nativos digitales pero no pensemos que ya han evolucionado como para permanecer pegados a una pantalla de forma inmune.

Algunos datos sobre los efectos del uso intensivo e inadecuado de ordenadores.

Problemas visuales y oculares

  • Conforme publica la revista Scientific American, no mantener una distancia adecuada con la pantalla, y abusar de su uso sin descanso puede acarrear problemas de tensión ocular y en un futuro, causar glaucoma. La falta de condiciones adecuadas (de luz, distancia de la pantalla, evitar descansos…) promueve también que se cambie la forma en que se parpadea (cada vez se parpadea menos para ser más productivos a la hora de echar vistazos rápidos al contenido de la pantalla). Se debe parpadear de 12 a 15 veces por minuto, mientras que los usuarios de ordenadores tendemos a parpadear 4 o 5 veces por minuto.
  • Otras fuentes alertan del aumento de los casos de miopía en un 66% desde la introducción de los ordenadores personales.
  • Los problemas de visión por uso del ordenador afectan a más del 90% de los usuarios que utilicen las pantallas por 3 horas o más al día según cita este estudio sobre consumo de pantallas.

Problemas osteomusculares

  • Según un estudio, el 50,9% de los niños y el 69,3% de las niñas ha padecido un dolor de espalda antes de cumplir los 15 años, una circunstancia que al llegar a adultos puede cronificarse e incluso condicionar su vida laboral.
  • El STC, o Síndrome del Túnel Carpiano, dolencia en las muñecas asociada a movimientos repetitivos, comienza a aparecer en niños de temprana edad. Es raro en menores de 10, pero cada vez más frecuente en adolescentes, según informan en este artículo.
  • El 25% de los españoles mayores de 16 años sufre dolor lumbar o cervical, según la Encuesta Europea de Salud en España de 2009.

Cultura de la salud en el uso de dispositivos electrónicos con pantalla

Si bien son múltiples los dispositivos (videoconsolas portables, smartphones, tablets, portátiles y ordenadores de sobremesa) y cada cual tiene sus propias recomendaciones, subyace el común denominador de la cultura de la salud asociada con las condiciones ergonómicas en el uso de pantallas. Consideramos que en nuestra sociedad, en las familias y los centros educativos, no existe suficiente conocimiento y sensibilidad sobre esta cuestión que afecta a los menores. No obstante, en PantallasAmigas apostamos por ir más allá y que sean los propios protagonistas quienes tomen conciencia de la importancia de una buena postura, de la orientación del monitor, de la comodidad del asiento… sabiendo adaptar por sí solos las condiciones, cambiantes, en cada contexto de uso.

Para ello recurrimos, como es habitual, a la narración audiovisual, sin dramatismos y con humor, produciendo esta secuencia animada:

Su uso con menores de 8 a 11 años ha demostrado cómo toman parte de la historia y se posicionan apoyando al chico que protagoniza la escena. Conocida la dinámica de tomas falsas, incluso aplauden cuando se logra la escena buena tras las recriminaciones del adulto, un severo director de cine.


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Seis razones para ubicar el ordenador en un lugar común del hogar

Seis razones para ubicar el ordenador en un lugar común del hogarColocar el ordenador en un lugar de tránsito común del hogar venía siendo una recomendación habitual. Sin embargo, ha habido opiniones que pueden apuntar en sentido contrario. Ello merece bien la pena una profunda reflexión.

Desde luego, el lugar que ocupe el ordenador de nuestros hijos en el hogar no es la cuestión fundamental para la seguridad y la educación de hijos e hijas en la Red. No obstante, debe ser una decisión consciente ya que este aspecto puede tener su relevancia y, en esta tarea tan importante y sensible, cualquier elemento de ayuda es bienvenido.

¿En qué pensamos cuando hablamos de un lugar común para la supervisión?

Primero, para tratar de fijar un punto de partida común, pensemos para este pequeño ensayo en un chico o una chica de 9 a 13 años. Entendemos que la labor de supervisión básica significa que en alguna ocasión el padre o la madre circula por esa zona común del hogar de una forma tal que no puede leer lo que hay en la pantalla. No es una labor de patrulla y mucho menos de espionaje. De manera eventual, o si se da el caso extraordinario ante signos que puedan parecer extraños, puede aproximarse a la pantalla, despacio y haciéndose notar, y tratar de iniciar una charla en relación a lo que en ese momento puede estar aconteciendo.

¿Qué es lo que hay que tener presente en todo caso?

En segundo lugar, veamos cuáles son los puntos que, por obvios, gozan de un consenso pleno:

  • Niños, niñas y adolescentes tienen pleno derecho a su privacidad e intimidad, así como sus padres el deber de protección.
  • El acceso móvil a Internet (wi-fi, portátiles, teléfonos móviles, videoconsolas…) vuelve cada menos eficaz la supervisión por proximidad.
  • Es preciso educar en la confianza y ayudar a la formación de criterios y capacidades que faculten a niños, niñas y adolescentes para la plena autonomía que han de alcanzar.
  • Internet no es únicamente una magnífica herramienta para el desarrollo de los menores sino un medio o contexto imprescindible y natural para los mismos.
  • Hay una gran diversidad de familias, chavales y circunstancias por lo que no hay recetas universales. Sin embargo, a la hora de dar recomendaciones se debe hablar en general y teniendo en cuanta que muchas personas viven una realidad bastante distante de la de quienes nos dedicamos a tratar estos temas.
  • Existen en ocasiones riesgos que afectan a los menores (ciberbullying, grooming…) quienes, recordemos, deben ser objeto de especial protección.

Teniendo todo ello presente, desde PantallasAmigas abogamos por que, siendo posible, el ordenador no esté en una zona aislada sino común, especialmente antes del inicio de la adolescencia.

Seis razones para ubicar el ordenador en un lugar de fácil supervisión del hogar:

  1. Puede ser de gran ayuda en ciertas ocasiones. Sabemos que existen situaciones de riesgo, diversas y cambiantes, y también que no todos los menores y sus familias tienen las competencias para evitarlas y hacerlas frente. Es una realidad en la que esta medida puede resultar providencial, siquiera de forma casual. Además, aunque un 1% puede ser considerado un nivel bajo de prevalencia para un determinado riesgo, hay que recordar que hablamos de menores y que, además, para ese niño afectado y sus padres, la estadística se convierte en un 100%.
  2. La supervisión es una estrategia muy flexible. Supervisar es ver desde la distancia y nos permite adecuar ésta a las necesidades. Que el ordenador esté en un lugar común para poder ejercer la labor de supervisión no significa transgredir la privacidad o intimidad del menor. Tampoco presupone la necesaria aparición de riesgos. Es, en este caso, un simple apoyo para la labor de protección.
  3. Se trata de una ayuda no invasiva y no limitante en sí misma. Con frecuencia se compara la extensión de las conversaciones en las redes sociales con las llamadas de teléfono que hacíamos al llegar a casa después de estar con esas mismas amistades. ¿Acaso no podíamos hablar en casa por teléfono en presencia de nuestros padres siempre que no nos escucharan la conversación? ¡Claro que sí! ¿Qué problema hay entonces en usar la Red con ellos delante si no leen lo que hacemos? Si hay algo que, siendo un niño, no nos atrevemos a hacer en público quizás tampoco es imprescindible que pueda hacerse en privado, al menos desde el hogar.
  4. Permite intervenir contra el uso abusivo. Es una preocupación manifiesta y una realidad palpable y creciente que el abuso de la conexión a Internet (redes sociales, videojuegos…) resulta un problema en no pocas familias, afectando en ocasiones al rendimiento escolar y al descanso. La zona común permite verificar estas situaciones y contribuye a controlarlas.
  5. Ayuda a la detección de problemas relacionados con Internet. Los estudios manifiestan que, ante un problema en la Red, los menores no piden ayuda en casa. Sin embargo, cuando lo tienen, lo manifiestan externamente como cualquier otro. Ver sus reacciones ante la pantalla e incluso la frecuencia e intensidad de uso de la misma puede ponernos sobre la pista.
  6. Normaliza e integra la vida online de los menores en la vida familiar. Lejos de criminalizar la Red y ponerla bajo sospecha, puede suponer un ejercicio de normalización. Se recomienda encarecidamente que adultos y menores compartan el espacio digital y no constituya éste precisamente un entorno más de disgregación. Empecemos pues por evitar los tabiques.

Puede resultar incómodo, pero creemos que aporta muchas ventajas sin apenas inconvenientes en una labor tan importante como es contribuir al disfrute pleno y saludable de la Red por parte de la infancia y la adolescencia.

Jorge Flores Fernández
Director de PantallasAmigas

Publicado por Jorge Flores Fernández Sigue al director de PantallasAmigas en Twitter previamente en UnBlogEnRed.
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