La Comisión Europea indica en un reciente informe que las redes sociales de Internet deberían mejorar las configuraciones de privacidad para proteger a los menores. Aunque la mayoría de los servicios y webs analizados facilita a los jóvenes información sobre seguridad apropiada para su edad, solo dos (Habbo Hotel y Xbox Live) están configuradas por omisión para que los perfiles personales de los menores solo sean accesibles para su lista de contactos.
Un primer informe de la Comisión publicado el pasado mes de junio ya constataba que la privacidad de los menores no está lo suficientemente protegida en estas redes: la mayoría de las redes sociales no garantizan que los menores solo puedan ser contactados por defecto por sus amigos. Tan solo dos webs (Dailymotion y Windows Live) disponen por omisión que los menores solo puedan ser contactados por sus amigos. En seis de los webs, los amigos de los amigos pueden acceder directamente a los perfiles de los menores.
El informe examina la aplicación de los «Principios de la UE para unas redes sociales más seguras» por parte de Skyrock, Xbox Live, YouTube, Dailymotion, Flickr, Habbo Hotel, Stardoll, Windows Live, Yahoo! Pulse y las pruebas tuvieron lugar entre marzo y junio de 2011.
La Comisión Europea está revisando actualmente la protección de los niños en Internet especialmente para evitar riesgos como la captación de menores o el ciberacoso, como uno de los objetivos fijados en la Agenda Digital para Europa.
Las conclusiones de un estudio hecho público el jueves 13 de enero por la Comisión Europea en el marco del informe EUKidsOnline indican que, mientras que un buen 84% de los programas informáticos de control parental probados permiten a los padres bloquear el acceso a determinados sitios de Internet, son menos eficaces a la hora de filtrar los contenidos de la llamada Web 2.0, tales como las redes sociales online o los blogs. Además, solo unos pocos productos del mercado son capaces de filtrar los contenidos de Internet a los que se puede acceder a través de los teléfonos móviles o las consolas de videojuegos, en un momento en que uno de cada cuatro de niños europeos accede a Internet por esas vías.
Paralelamente, una encuesta de EUKidsOnline financiada también al amparo del Programa Safer Internet de la UE, ha revelado que solo una cuarta parte de los padres europeos recurre a programas informáticos de control parental para controlar, seguir o filtrar lo que sus hijos pueden hacer en línea.
El estudio publicado hoy analiza 26 herramientas de control parental para ordenadores personales, tres para consolas de juegos y dos para teléfonos móviles. El estudio ha revelado que los programas informáticos existentes son eficaces a la hora de filtrar contenidos en línea para adultos, pero que subsiste como mínimo un 20% de posibilidades de que atraviesen los filtros contenidos impropios para los niños, especialmente aquellos que los animan a infligirse daños a sí mismos (sitios que promueven la anorexia, el suicidio o las automutilaciones). Al mismo tiempo, quedan bloqueados otros sitios que incluyen contenidos destinados específicamente a los niños. Tan solo unas pocas herramientas son capaces de filtrar contenidos de la Web 2.0 (p. ej., redes sociales, foros y blogs), bloquear la mensajería instantánea o el IRC o filtrar las listas de contactos.
En lo que se refiere a los controles parentales en los teléfonos inteligentes y las consolas de juegos, no todos los productos presentes en el mercado son capaces de filtrar los contenidos de Internet, aunque el 31 % de los niños europeos accede a la red a través de sus teléfonos móviles y el 26 % lo hace a través de sus consolas de juegos.
El inglés es la lengua más común de las herramientas de control parental, mientras que la oferta de sistemas en otras lenguas es limitado.
Tan solo una cuarta parte de los padres recurre a sistemas de control parental
La encuesta de EUKidsOnline indica que aproximadamente una cuarta padre de los padres bloquea o filtra los sitios de Internet (28%) y/o sigue la pista de los sitios visitados por sus niños (24%). No obstante, hay diferencias importantes entre los Estados miembros, que van desde el 54% en el Reino Unido hasta el 9% en Rumanía.
Además del uso de controles parentales, el 70% de los padres encuestados ha declarado que hablan con sus niños sobre lo que estos hacen en Internet. El 58% de los padres declara que se mantiene cerca de sus hijos cuando estos usan Internet. Casi la mitad de los padres también toma la iniciativa de explicar cómo comportarse con los demás en Internet (56%) y de hablar de las cosas que podrían incomodar a los niños (52%).
Las herramientas incluidas en el informe «Evaluación comparativa de las herramientas de control parental» se han analizado con ajustes para dos grupos de edad: niños de hasta diez años y niños de once años o más, en alemán, inglés, español, francés, italiano y polaco entre septiembre y octubre de 2010.
Las herramientas se probaron según cuatro criterios:
Funcionalidad:La herramienta, ¿es compatible con los sistemas operativos (p. ej., Windows, Linux, Mac OS)? ¿Puede filtrar los contenidos en función de palabras clave, temas o URL? ¿Puede bloquear o controlar el acceso a Internet, mensajes electrónicos, tertulias en línea y sistemas de mensajería instantánea?
Seguridad:Los niños tecnológicamente avezados, ¿pueden desactivar o superar fácilmente la herramienta?
Eficacia:La herramienta, ¿puede bloquear los sitios de Internet con contenidos impropios para los niños o se puede seguir accediendo a esos sitios? ¿Bloquea los contenidos buenos para los niños? ¿Existe en las lenguas que dominan mejor los usuarios? ¿Puede bloquear adecuadamente las bitácoras, foros y redes sociales?
Facilidad de uso:¿Pueden instalar la herramienta en sus ordenadores tanto los usuarios principiantes como los avanzados? ¿Es el procedimiento de instalación demasiado complejo? ¿Resulta fácil para los padres y los niños ver que un sitio de Internet ha quedado bloqueado?
Usuarios de Facebook denuncian que la compañía les ha eliminado sus cuentas por razones poco claras. Según los expertos, la conocida red social online decide qué es justo o ético sin ajustarse a las leyes. Si te expulsan, «jamás sabremos si venden tu material o crean una biblioteca con él». Tras la clausura de un perfil, el usuario pierde todo lo que en él alojaba.
Manuel Tapial, activista propalestino conocido por ser miembro de la expedición de la ‘Flotilla de la Libertad’ que fue atacada por Israel cuando viajaba rumbo a Gaza con ayuda humanitaria, intentó por última vez entrar a su perfil de Facebook el pasado día 21 de noviembre. Un aviso le negó el acceso, explicándole que le habían deshabilitado la cuenta, pese a que él asegura que no tenía publicado nada que infringiese las indicaciones. «Me leí bien las condiciones, por lo que puedo afirmar que no contravine ninguna tranquilamente»,asegura Tapial, quien no obstante «sospechaba que esto pudiese ocurrir,por mis contenidos solidarios y comprometidos».
Facebook realiza la eliminación de cuentas y contenidos motivado siempre por la denuncia de otro usuario, de forma que todo propietario de un perfil tiene capacidad ‘censuradora’. Tapial, por ejemplo, cree que grupos pro israelíes organizados en la Red pueden estar detrás de la clausura de su cuenta, cosa que jamás podrá ser demostrada, porque las denuncias en Facebook son anónimas. Por su parte, el departamento de comunicación de Facebook España asegura que todas las cuentas denunciadas se analizan antes de decidir si deben eliminarse.
El caso de Manuel Tapial no es el único. Elena Miralles fue otra usuaria expulsada de Facebook cuyo único error, según pudo saber después de que se le negase el acceso a su perfil, era haberse cambiado el nombre por ‘Jelen’, un apodo usado por amigos y familiares que es motivo de expulsión para Facebook. Guillermo Hernáinz no ha conseguido que nadie desde la red social le explique por qué le han clausurado su perfil en tres ocasiones, aunque sospecha que se debe a haber publicado «la imagen de la portada de la revista en la que trabajaba, erótica». También se clausuraron, sin explicación y hasta en once ocasiones, cualquier intento de promoción de la ‘besada homosexual’ convocada en Barcelona con motivo de la visita del Papa, el pasado 7 de Noviembre. Todos los afectados, después de haber perdido todos sus contactos, sus imágenes y sus conversaciones, aseguran no haber recibido notificación o posibilidad de reclamación antes de que Facebook echara el cerrojo, al tiempo que desde la compañía insisten en que ninguna cuenta se cierra sin previo aviso.
Facebook defiende su trabajo explicando que la tarea se lleva a cabo desde el centro operativo de Irlanda, donde «un equipo de atención al cliente centraliza las reclamaciones». Sin embargo, fuentes de la red social reconocen que «dar salida y servicio a todo el mundo es muy complicado, pues los usuarios de Facebook crecen a un ritmo más acelerado que el de la compañía, y por ello no se garantiza cuándo y a qué nivel de detalle Facebook te va a atender y a explicar los motivos del cierre tu cuenta».Además, dejan ver que «cuando se trata del cierre de un contenido público o con miles de seguidores se mira más al detalle porque la gente puede creer que Facebook censura, pero cuando se trata de un perfil privado, sí se cierran más fácilmente, en muchos casos por errores técnicos del usuario».
Según explica Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, Facebook está cerrando miles de perfiles, pero este atropello no se está plasmando en una denuncia masiva contra la red social porque los usuarios suelen dar el caso por perdido. «Se suele pensar que como esto no se paga no hay nada que reclamar, se tiende al conformismo», explica Domingo, quien reniega de esta idea y defiende que «Facebook, como proveedor de servicio, no debe ser el responsable y dueño de lo que en él se aloja, sino que tienen que ser los autores los responsables de lo que publican, para lo bueno y para lo malo» porque, tal y como esto está diseñado, «los propietarios de Facebook dictan sus propias normas, con criterios distintos a los legales y, una vez dentro de la red social, las posibilidades de litigar en su contra son prácticamente nulas».
«Lo que está haciendo Facebook —explica Domingo— es convertirse en juez y parte de la libertad de expresión, decidiendo qué es correcto, justo o ético sin que esto se dirima en un juzgado, sin ajustarse a las leyes, sino al criterio de un webmaster o a la arbitrariedad del responsable del web». Y lo peor de todo esto, aseguran desde la Asociación de Internautas, es que los usuarios tienen gran parte de culpa en este recorte de derechos, pues la mayoría acata un sistema de funcionamiento dictatorial sin plantearse siquiera qué tipo de contrato tiene con Facebook. «La gente cuelga en Facebook las fotografías de sus recién nacidos y sus planes de Navidad como si fuera su casa, y se trata en realidad de una casa ajena a la que le otorgamos fascículos de nuestra intimidad», advierte el presidente de AI.
En el mismo sentido se manifiesta Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, que cree que la osadía de Facebook es permitirse censurar aquello que no les gusta. «Una cláusula contractual no puede centrarse en criterios de la red social, en lo que ellos consideren que es incorrecto, pues entonces estamos ante una cláusula abusiva y, por tanto, ilegal». Este hecho, explica Sánchez, debería denunciarse a las autoridades de consumo, que podrían expedientar a la empresa. «El problema está en que, claro, cualquier empresa puede decidir sus cláusulas contractuales, que son perfectamente legítimas hasta que alguien las revise» y, añade, «estoy seguro de que ninguna administración pública en España ha echado un ojo al contrato de Facebook».
La declaración de derechos y responsabilidades de Facebook reza que «eres el propietario de todo el contenido y la información que publicas en Facebook»,de modo que a la compañía sólo le concedes una licencia temporal para acceder a tus contenidos, cesión que «finaliza cuando eliminas tu cuenta», aunque «puede permanecer en copias de seguridad hasta un máximo de noventa días». Lo mismo pasa cuando es Facebook quién decide eliminarte a ti. Y esta es otra de las principales quejas de los usuarios, que ven un atropello que, después de expulsarte,»se queden con tus fotos, tus escritos y tu libreta de direcciones, así como con todos los mensajes privados que hayas enviado o recibido» porque nadie sabe quién, dentro de la empresa, podrá sacar beneficio de estas cuentas archivadas.
Que Facebook guarda en sus arcas las cuentas eliminadas lo ha comprobado personalmente la escritora Lucía Etxebarría, a quien desactivaron tres perfiles de Facebook y que ha podido recuperar dos ellos después de una larga batalla. «Cuando me devolvieron la cuenta, el contenido seguía allí sin destruir» contaba Etxebarría, explicando que, si no llega a reclamar sus cuentas, hubiesen pasado a estar a disposición de Facebook.
La compañía de Zuckenberg se muestra contuntente cuando asegura que «Facebook nunca se queda con tus datos», aunque permanezcan archivados para su borrado en «un tiempo razonable». Mientras, la Asociación de Internautas recuerda que no hay forma de verificar esto, pues, «una vez te eliminan de Facebook, el usuario pierde totalmente el control y las posibilidades de reclamación o comprobación son escasas o nulas». De esta forma, jamás sabremos si «venden este material o crean una enorme biblioteca con él», insiste Domingo. Además, puntualiza Sánchez, «habría que estudiar hasta que punto Facebook está vulnerando el derecho a la información y la expresión al censurar ciertas publicaciones de esta forma y, cuando arrebate los contenidos a un usuario, la queja podría trasladarse a la Agencia Española de Protección de Datos
Hasta ahora, si el usuario decide luchar para recuperar su cuenta o sus contenidos lo hace con pocos precedentes legales, algo que va camino de cambiar, porque este pasado mes de noviembre la Comisión Europea anunció que regulará el ‘derecho al olvido’ en las redes sociales. Se trata de una propuesta legislativa que se presentará en 2011 y que, entre otros objetivos, pretende reforzar la protección de datos de la Unión Europea y adaptarlos a los cambios generados por las nuevas tecnologías. Con esta reforma de la legislación, anunciaba la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, los proveedores de servicios de Internet y los buscadores tendrán que limitar la recogida de datos al mínimo necesario y deberán informar a los usuarios de forma transparente sobre quién recoge y usa sus datos y sobre cómo, con qué fines y por cuánto tiempo lo hace.
Además, las compañías estarán obligadas a garantizar la ‘portabilidad de los datos’, es decir, se conferirá a los clientes el derecho explícito a retirar sus datos (fotos o una lista de amigos) de una aplicación o un servicio y transferirlos a otra aplicación o servicio sin que los responsables del tratamiento puedan bloquearlo. El conjunto de medidas, en definitiva, quiere delimitar las exigencias de privacidad no sólo de Facebook, sino también de sitios como Tuenti o Twitter, cuyos términos de uso son similares a los de la compañía de Zuckenberg.
Por el momento, al propietario de una cuenta de Facebook sólo le queda reflexionar sobre cada uno de los textos, fotos o vídeos que publica y tener copia de todo el contenido que considere de valor pues, hoy por hoy, y a la luz de terceras experiencias, no hay forma de asegurar la vida de un perfil, ni forma de recuperar su huella digital una vez muerto.
Son muchas las voces que llevan tiempo alertando sobre las consecuencias de que niños y adolescentes pasen tanto tiempo solos en su habitación y de la ausencia de comunicación entre hijos y padres. Una de esas consecuencias tiene que ver con el acceso a las TIC.
Los especialistas se sorprenden al comprobar cómo no se aplican en la práctica las medidas de sentido común que pueden contribuir a minimizar los riesgos de Internet, aparte de los innegables beneficios que comporta.
Jesús de la Gándara, jefe de la Unidad de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, defiende que es un error atribuir la falta de control y comunicación parental, materializada en el denominado síndrome de la puerta cerrada, al uso de las nuevas tecnologías. «No podemos echar la culpa a Internet. El niño que se pasa las horas solo en su habitación navegando o jugando on line ¿por qué lo hace?», se pregunta.
En su opinión, lo importante es que «los sanitarios, los padres, estén al tanto de lo que le ocurre a los niños para que se puedan detectar cuanto antes comportamientos peligrosos, porque el uso inadecuado, excesivo y problemático de internet suele ir asociado a patrones patológicos de depresión, fobias, aislamiento». A finales de los 90 se detectaron los primeros casos de hikikomori en Japón: jóvenes varones veinteañeros habían hecho de la habitación su mundo, del que apenas salían para comer, ante la mirada atónita de unos padres a los que casi no dirigían la palabra y con la única compañía de un ordenador.
La encuesta de la Comisión Europea revela que hasta el 41% de los menores españoles de 11 a 16 años afirma «haber experimentado una o más formas de uso excesivo de internet«.
Para Jorge Flores Fernández, fundador de Pantallas Amigas —una iniciativa para la promoción del uso seguro de las nuevas tecnologías en la infancia y la adolescencia— los padres han accedido a instalar el ordenador en la habitación principalmente por dejadez:
«A día de hoy no han tomado conciencia clara de lo que esto significa, de los riesgos que conlleva no saber qué uso hacen los chavales del ordenador, de las horas que pasan frente a él, de cómo poco a poco la comunicación entre ellos se va enfriando. ¡Ya es complicado mantener una buena comunicación con los adolescentes cómo para encima poner tabiques de por medio!»
Flores siente un cierto desánimo al comprobar cómo cae en saco roto el mensaje que desde hace años lanzan distintos organismos pidiendo a los padres que instalen los ordenadores en las zonas comunes y no en las habitaciones de los niños.
«Algunos adultos creen que poner el ordenador en una zona común es una invasión de la intimidad, cosa completamente falsa. El que esté en el salón no implica que se miren los correos: es más una función de normalización de la vida digital. Además, es la mejor manera de compartir esa vida digital, en la que tantas lagunas tenemos los adultos frente a una generación que ha nacido en ella».
E insiste en que supervisar la relación de ese hijo con el ordenador no tiene nada que ver con controlar. «Los padres deben establecer una dieta digital, es decir, indicar por ejemplo cuándo y cuánto se puede utilizar el ordenador, al igual que lo hacen con la comida o con el dinero, o con cualquier otra cuestión doméstica».
Los expertos insisten en la necesidad de que los padres hagan el esfuerzo de incorporarse a las nuevas tecnologías como un elemento de conexión con los menores. Las consecuencias de no hacerlo son muy negativas para la relación, la incomunicación y a la integración, en lo que el sociólogo Javier Elzo denomina, familia nominal, modelo mayoritario en la sociedad española (42%). Se trata de una familia en la que las relaciones de padres e hijos pueden ser calificadas, con absoluta propiedad, como de coexistencia pacífica más que de convivencia participativa, ya que se comunican poco. Los padres están, en gran medida, cohibidos, desimplicados, sin que aborden con una mínima profundidad lo que requieren sus hijos. Una familia que no refiere conflictos en su seno, no tanto porque no los haya sino porque ha decidido no enfrentarse, no enterarse de los problemas.
Carles Feixa, doctor en Antropología Social, ya en el 2005 advertía de que se había reducido el contacto entre hijos y padres. Según él «la transición hacia la sociedad de la información hace por primera vez teóricamente posible tener una vida material y social sin salir de la propia habitación. Pero pero no todos los adolescentes se encierran en ella para evitar vivir en familia. Que lo hagan o no, depende de los padres y madres.»
Feixa afirmaba que en 2005 el fenómeno patológico de los hikikomoris ya había llegado a España, aunque matizaba que el contexto social y cultural era distinto. Para él es preocupante que el adelanto en la edad de acceso a Internet no está siendo acompañado por un adelanto en la formación de los menores para el uso crítico de las TIC: «Los jóvenes tienen muchos conocimientos de internet, pero a menudo no tienen conciencia de su ignorancia; saben cómo navegar pero no hacia dónde hacerlo.» Feixa proponía reconvertir las antiguas salas de estar en ciberespacios domésticos comunes, donde la familia se conecta junta aunque no revuelta al mundo digital y comparte ciertas actividades online de manera intermitente.
Hoy se presentan en el Safer Internet Forum que tiene lugar en Luxemburgo, los hallazgos de una nueva encuesta de la red EU Kids Online. Ha sido financiada por la Comisión Europea a través de su Safer Internet Programme. El informe ha sido coordinado por la LSE, con equipos investigadores y asesores de instituciones, ONG y empresas vinculadas a la seguridad en internet en cada país además de un consejo asesor internacional.
El estudio se basa en encuestas realizadas en 23 países a más de 23.000 niños y a una/o de sus progenitores y analiza los siguientes riesgos:
El 12% de los europeos entre 9 y 16 años dice que se ha sentido molesto o disgustado por algo ocurrido en internet.
Ser acosada/o online por medio de mensajes desagradables o hirientes es el riesgo menos frecuente pero es el que más frecuentemente llega a disgustar a los niños.
Las imágenes sexuales online son encontradas o recibidas
frecuentemente por los niños, pero pocos de ellos las experimentan como lesivas.
1 de cada 12 niños se han encontrado en la vida real alguna persona conocida online.
Entre los niños que han experimentado algún riesgo, es frecuente que los padres no se den cuenta:
el 41% en el caso de recepción de imágenes sexuales;
el 56% en el caso de mensajes desagradables o dañinos;
el 61% en los encuentros con conocidos de Internet.
Datos referidos a España
1024 de las entrevistas fueron a menores españoles usuarios de Internet de entre 10 y 16 años.
Una de las observaciones referidas a España es que los menores cada vez comparten menos su actividad online con sus padres y lo hacen cada vez más con sus amigos. El 15% de los chicos accede a Internet principalmente desde fuera del hogar (cifra muy alta en comparación con el resto de países europeos) y el 41% desde su hogar pero desde su propio cuarto, lo cual dificulta la necesaria supervisión paterna. En España se inician de media en el uso de la Red a los 9 años. Los menores españoles son los que menos acceden a Internet desde dispositivos móviles: un 7%, frente al 31% de media en Europa.
Un 41% de los menores españoles (entre 11 y 16 años) afirman haber experimentado una o más formas de uso excesivo de Internet frente a un 30% de los menores europeos.
Los menores españoles son de los que han desarrollado menos habilidades para el uso seguro de Internet entre los diversos países europeos analizados.
El 15% dice que se ha sentido molesto o disgustado por algo ocurrido en Internet. Un 92% de los menores españoles han afirmado que hay cosas en Internet que pueden molestar o disgustar a gente de su misma edad; esta cifra es la más alta de toda Europa. Por contra, únicamente un 6% de los padres creen que sus hijos se han sentido molestos o disgustados por algo que han visto en internet en algún momento.
El estudio recomienda centrar las políticas públicas de seguridad en este ámbito en los usuarios más jóvenes.
La versión completa de este informe de publicará en noviembre de 2010 e incluirá nuevas conclusiones sobre mediación parental y recomendaciones políticas.